12 abril 2010

UN PARTIDO SIN CONTROL


El duelo presenciado en el Ono Estadi estuvo lleno de errores defensivos y tuvo tantas alternativas en el juego que el encuentro se acabó convirtiendo en un partido sin dueño. El control del juego no llegó a estar sujeto por ninguno de los dos contendientes y el resultado final estuvo comprometido durante casi todo el partido.
El fútbol quiso que el Mallorca se pusiera por delante en el marcador y esta circunstancia favoreció claramente la estrategia de los mallorquines que pudieron contraatacar con cierta facilidad. Las decisiones que se tomaron desde el banquillo valencianista ayudaron a encontrar muchos espacios libres por banda. El técnico vasco optó por cambiar su sistema de juego. Ya con el resultado en contra, y después de la lesión de maduro, pasó a jugar con tres centrales dejando a Pablo y a Jordi Alba como carrileros de largo recorrido.
Los espacios libres que dejaron sus jugadores de banda, cuando se incorporaban al ataque, no fueron ocupados mediante desdoblamientos defensivos y tanto Castro como Varela pudieron obtener un cierto rédito.
El resultado estuvo expuesto hasta el último minuto ya que cualquier jugada final hubiera podido acabar por acercar al contrario hasta el empate.
Pero la realidad nos habla de un Mallorca que contó con más y mejores oportunidades de gol por lo que el resultado final debe considerarse como justo.

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