El desarrollo del juego quiso que el Mallorca afrontara todo el segundo periodo con superioridad numérica. Pero para aprovechar este condicionante es imprescindible manejar con criterio el esférico y controlar el juego mediante la conservación del balón. Para ello se hacía necesario abrir el terreno de juego y ejecutar progresiones tan amplias como profundas pero el Mallorca se perdió en un juego insulso sin ningún tipo de control.
Mientras el Málaga se recomponía retrasando a Juanito y colocando a Toribio en el centro del campo el Mallorca acumuló jugadores por delante de la línea de balón. Los rojillos acabaron mostrando demasiadas carencias a la hora de encarar a un equipo que tiró del repliegue intensivo y que intentó vencer mediante el contraataque.
Gregorio Manzano intentó encontrar el revulsivo mediante el juego aéreo de Webó y la calidad en el pase de Julio Álvarez. Pero el conjunto mallorquín siguió obcecado en un juego demasiado lento y previsible. Las conducciones en exceso lentificaron casi todos los ataques y la falta de cambios de ritmo colectivos marcaron las posesiones locales. Sólo los latigazos individuales de Castro y Mattioni amenazaron la estructura defensiva de los malagueños. La consecuencia de todo ello fue un partido lleno de incertidumbre que hubiera podido caer de cualquier lado y que acabó con un empate que no agradó a nadie.
1 comentario:
Sorprende ver hoy a un equipo como el Mallorca tan alto en la tabla de posiciones, en puestos de copa. Pero puede decirse que es un equipo que viene haciendo buen trabajo hace poco, pero con un objetivo que cambio durante el transcurso de la temporada.
Buen blog, muy abarcativo. Fijate el mio si te gusta, tene en cuenta que hace poco que arranco.
saludos
Publicar un comentario