Sí, toca ganar. Pero para
hacerlo no bastará con tirar una moneda al aire, se tendrá que proponer juego y
eficacia. El envite de Valencia dejó
buenas sensaciones pero ahora, sin
margen para la derrota, es casi imprescindible sumar los tres puntos. Ganar,
para soñar, o caer al abismo de la clasificación.
Además la piedra que supone el
Getafe es difícil, como cualquier equipo de primera división, pero superable. Su
estilo está lleno de pequeñas fisuras defensivas muy aprovechables. Errores en
las transiciones, por falta de intensidad, condenan a un equipo que lejos de su
estadio tiene verdaderos problemas para sumar de tres en tres. Desde noviembre,
cuando profanó Cornellà-el Prat, no sabe lo que es ganar como visitante. El
cuadrado, formado por centrales y pivotes, se suele mostrar vulnerable y aquí
el Mallorca puede encontrar cierta rentabilidad competitiva. Sin embargo no
todo será sencillo. Si durante el transcurso del
encuentro se entra en instantes de mucho ritmo, con transiciones de ida y
vuelta, el Getafe tendrá opciones superiores de victoria.
El Mallorca tiene que entrar
a la batalla con jerarquía y ambición pero también con tranquilidad. Jugar al
fútbol con estrés es tan poco recomendable como perjudicial y madurar el
partido, con buenas progresiones en el juego, debe convertirse en obligación.
Para el Mallorca ya han
llegado los partidos definitivos y éste no puede ni empatarse. La mejoría en el
juego debe venir acompañada por resultados positivos ya que ampararse, en el margen de
error, empieza a ser tan cómico como inútil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario