Las finales se juegan para
ganar; no para empatar. La situación del Mallorca es delicada y cada punto ya
tiene una importancia capital. Toca visitar Anoeta y debe hacerse con una
responsabilidad máxima y una ambición total. Pero el apetito por la victoria no
debe desproteger unos aspectos que, hasta la fecha, están siendo tremendamente
vulnerables. Es probable que Joaquín Caparrós decida reforzar sus dos flancos.
Hutton podría debutar en banda derecha y Antonio López, junto con Luna en
posición más avanzada, reaparecer por la izquierda. Tapar el juego exterior y
neutralizar las medias puntas del equipo vasco será una tarea de pura necesidad
táctica. Y no será nada sencillo.
La Real Sociedad sólo ha
perdido un partido de sus últimos once compromisos y, además, fue contra uno de
los dos dioses; el Real Madrid. Su línea de tres cuartos es su gran amenaza.
Vela, Griezmann y Castro son verticales, veloces e interpretan francamente bien
la progresión en el juego. Además habrá que manejar una pequeña, pero molesta,
variable que puede condicionar todo el entramado defensivo. Es Xavi Prieto.
Philippe Montanier ha modificado su posición colocándolo por detrás de su
delantero. Y aquí sigue siendo una clara amenaza. Al estar centrado y apoyado
sobre su gran capacidad técnica puede otorgar,
con sus pases, una gran amplitud de ataque. Además se está moviendo con
la protección de un doble pivote, que le aligera el trabajo defensivo, y
acrecienta su capacidad de ataque.
El Mallorca tiene
herramientas más que suficientes para salvar la categoría. Ahora la pelota está
sobre el tejado de futbolistas y cuerpo técnico. ¿Serán resolutivos?
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