El Mallorca volvió a afrontar otro partido sin margen de
error. Solo valía la victoria. Era obligación sumar tres puntos para así seguir
manteniendo la opción de la esperanza. Pero había una dificultad añadida que podía convertirse
en aval psicológico para el futuro. Enfrentarse a un equipo con dinámica muy
positiva, seis partidos consecutivos sin derrota, siempre suma complicación.
Pero el Mallorca cayó en la trampa que el rival le planteó. No hubo velocidad
en la elaboración y el ritmo de juego fue el adecuado para la presión defensiva
del rival. Miquel Soler valoró a su adversario y tomó decisiones al
respecto. Montar una buena presión sobre el origen del juego del rival era una
cuestión de supervivencia táctica.
El juego directo se aborta en origen o sobre
el rechazo y el Mallorca estuvo diligente. Para iniciar la presión se eligió a
Xisco con Joselu. La eficacia defensiva debía iniciarse neutralizando los pases
largos de Alcalá. Y eso se consiguió neutralizar.
Los problemas llegaron en la
creación de juego. Yuste y Joao se vieron incapaces de manejar con velocidad el
esférico y la compañía de Pereira y Arana, sentados sobre el juego exterior,
tampoco fue con desborde. Esto ayudó al rival a crecer en su estrategia de
partido. La Llagostera puso la tiza oportuna en la medular. Jordi López trabajó
encriptando la zona de medios. Recuperación, juego al límite y faltas para
equilibrar el juego suelen ser su carta de presentación. Así lo hizo.
Durante la segunda parte el partido se rompió. Las fichas
cayeron y el balón llegó a las dos áreas. Pero no hubo una superioridad desmedida por ninguno de
los dos equipos hasta que llegó una jugada definitiva. Los mallorquines, olvidando el error del colegiado si lo hubo, simplemente fueron inocentes como niños. Se olvidaron de defender una acción a balón parado que costó el partido. Sacar rápido para sorprender es un arma que el colegiado no puede evitar y la Llagostera consiguió gol tirando de una astucia justa y legal.
También es justo reconocer que la derrota fue un castigo excesivo y que el empate hubiera sido un resultado más adecuado al juego tirado por ambos contendientes. Esta derrota abre un futuro con más sombras que luces. A partir de ahora es conveniente acumular puntos para no ver como los de abajo se acercan y esta temporada acaba con un problema mayor.
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