01 marzo 2015

LA RACHA CONTINÚA



Jugar contra el filial blaugrana asegura condicionantes. El talento es incuestionable, nunca cambian su estilo de juego y es relativamente sencillo encontrar sus puntos débiles. El Barça B juega con la posesión y abortar su juego, desde el inicio, era una estrategia a trabajar desde el pitido inicial. Eso y aprovechar al máximo su falta de intensidad e intención en todas las acciones a balón parado. Aquí son un equipo realmente vulnerable. Y así volvieron a demostrarlo.

Miquel Soler volvió a trabajar desde el 1-4-4-2. Asumir falta de velocidad en retaguardia era inconveniente a superar. Agus y Truyols defendieron de forma más que aceptable pero mostraron alguna dificultad para llegar a alguna cobertura eficaz. Joao montó pareja de trabajo en la medular con Yuste. Arana y Pereira se asentaron en el juego exterior.
Dupla atacante para asegurar un buen inicio en la presión. Xisco se movió con Joselu y aquí debía decidirse el resultado del partido. Se entendieron bien y mezclaron mejor.

Jordi Vinyals fue a la batalla tirando el fútbol esperado. Samper se movió entre centrales para iniciar con Grimaldo y Diagne buscando incorporación desde la tercera línea. Joan Roman y Adama debían sembrar amenaza en el juego exterior con Sandro moviéndose entre centrales. Pero fue el número siete el que anunció el mayor peligro. Sus incursiones fueron un problema que Gulan se vio insuficiente para neutralizar. Todo el potencial ofensivo pasó por el flanco derecho y el Mallorca se vio incapaz de cerrar este grifo de juego del rival.

La participación de Marco Asensio no puede ser considerada una cuestión de estado. Aceptar su titularidad, o suplencia, con naturalidad es una obligación. Nadie debe ser más importante que el grupo. Aumentar su dinámica, desplazándolo a banda, no es encajonarlo. Más bien todo lo contrario. Desde allí puede sentirse más libre y sembrar mucha más amenaza para el adversario. Su gol al final del partido demuestra su tremenda calidad.

Todas las decisiones de Miquel Soler han encontrado respuestas que están sirviendo para reforzar al grupo. Casi todo lo que envuelve el resultado ante el Barça B es positivo. Solo los dos goles encajados, y alguna falta de control del partido con el resultado a favor, merecen reflexión. El Mallorca ha sumado siete puntos de nueve posibles y su crecimiento, a nivel de guarismos, empieza a ser una realidad. Ahora toca seguir.

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