19 marzo 2015

MÁS ALLÁ DEL PRÓXIMO PARTIDO


Los futbolistas no son máquinas perfectas cuyo engranaje aunque deje de utilizarse será siempre fiable. Un equipo de fútbol está compuesto por material humano. Y el trabajo de un buen entrenador consiste en extraer todo el potencial físico, psicológico, técnico y táctico, de todos sus futbolistas. Gestionar el grupo es una tarea hercúlea llena de un desgaste infinito. Un líder tiene que convencer con sus palabras y, además, con sus acciones.
El entrenador no solo tiene delante de él su próximo partido. Hay más. La competición, hasta casi el final, suele otorgar segundas y terceras oportunidades y es necesario utilizar inteligentemente todos los recursos de los que se disponen. 
¿Cómo extraer el máximo rendimiento de un futbolista que no juega y qué necesito? Responder  correctamente esta pregunta puede ser la clave del éxito en el transcurso de una larga temporada. 
El Mallorca ya tiró la bala del cambio de entrenador y ahora se debe conseguir blindar su vestuario. Fijar la atención de todos, en el objetivo grupal, no es una tarea sencilla. Todo lo contrario. La Segunda División está llena de igualdad y cada partido puede necesitar herramientas diferentes. Ningún jugador, absolutamente ninguno, ni puede ni debe tener el estatus de imprescindible. Y a las vez hasta el menos utilizado, en un momento dado, debe ser capaz de decidir.  
Miquel Soler es consciente de que el equipo está jugando sin red. El objetivo debe ser alcanzar la sexta plaza que otorga Play Off y el margen de error es mínimo. Para lograrlo es imprescindible contar con el mayor número de efectivos. 
Utilizar, dependiendo del rival y del campo, un central más rápido pero menos poderoso en el juego aéreo, o viceversa, no puede ser considerado como una rotación. Es una estrategia. El Mallorca cuenta con muchos elementos en posiciones de vanguardia. Cada vez que se baraja la posibilidad de introducir un cambio, en el equipo titular, hay que ser consciente del futbolista que debe salir. Afirmar alegremente que se cuenta con todos y repetir hasta la saciedad, onces y cambios, puede ser una condena en la gestión del grupo. 
En el caso del Mallorca se hace necesario detenerse y reflexionar. La categoría es especial, distinta y llena de igualdad. La plantilla está llena de condicionantes diferentes pero, a la vez, altamente compatibles. No es lo mismo jugar ante el Lugo que contra el Betis o la Llagostera. De hecho tampoco es lo mismo jugar de local o visitante. Además es necesario valorar todas las circunstancias y todos los entrenamientos. Solo el entrenador, junto con su cuerpo técnico, dispone de toda la información. 
Utilizar todas las armas para así obtener el cenit de eficacia es una pura necesidad competitiva que este equipo debe utilizar y saber gestionar. 

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