26 abril 2015

DOS JUGADAS CON TRES PUNTOS



El Mallorca, en su último partido, tocó sistema, organización y ocupación. Llegó a hipotecar todo su juego ofensivo para conquistar algo más de solidez defensiva. No tuvo equilibrio en su juego pero mejoró prestaciones de implicación y contención. Contra el Tenerife era imprescindible ir un paso más allá. 

Atacar en sus diferentes versiones era necesidad y obligación. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos el rival fue superior y el marcador se ajustó al juego. Ya en la segunda parte dos jugadas aisladas rescataron una victoria que puede ser fundamental.

Miquel Soler vistió a los rojos con 1-4-2-3-1 y su ocupación del campo fue más valiente. El repliegue intensivo se convirtió en normal con instantes de presión algo más avanzada. Pero el juego tampoco mejoró en exceso. Las imprecisiones en el centro del campo fueron una tendencia que convirtió el partido en peligroso para los dos equipos. 

Pero es justo reconocer que el Tenerife se encontró mucho más cómodo sobre el terreno de juego. En fútbol aprovechar las carencias del rival forma parte de la estrategia y poner munición sobre el flanco izquierdo canario era, a priori, una posibilidad. El Mallorca prácticamente no lo buscó. Es difícil rescatar individualmente a algún futbolista dentro de un partido que fue demasiado plano. Pero es necesario recordar que los dos goles rojos fueron justos, trabajados y de bella factura.

Raúl Agné no fortificó su centro del campo en exceso. Vitolo y Ricardo se juntaron por dentro quedando desplazado Aitor Sanz sobre el perfil izquierdo. La amenaza en ataque quedó bajo dos futbolistas. La velocidad de Maxi con la lucha de Abdón Prats. Ambos crearon más problemas en la primera parte que en la segunda. Por banda derecha Suso buscó su típica amplitud con centros hacia el corazón del área. La candidez del equipo canario en ataque fue un bálsamo para la zaga mallorquina.

Ya con el resultado a favor el Mallorca no pudo cerrar con solvencia el partido. Los contraataques hubieran podido ser más letales pero hubo demasiado miedo en perder la ventaja. El Mallorca jugó un mal partido pero, al menos, rompió una dinámica muy peligrosa. Ganar debe otorgar tranquilidad pero, en ningún caso, relajación. Queda mucho camino por recorrer y asegurar la categoría es imprescindible.

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