20 abril 2015

UN PUNTO SOPORÍFERO



Después de una semana llena de sucesos, que atañen directamente al vestuario, llegó el examen que sirve para poner nota. Juego y resultado son los termómetros que miden a un equipo de fútbol. Lo demás siempre es menos importante.
Hubo empate con una intensidad defensiva mucho mayor y un juego en ataque inexistente. Sin ataque, ni contraataque, es imposible sumar tres y el Mallorca no tuvo prácticamente opción de victoria. Eso sí, defendió mucho mejor. 
Miquel Soler tocó y cambió su alineación. La línea defensiva elegida fue de cinco. Bigas, Agus y Kasim cerraron el eje y, es justo reconocer, que otorgaron alguna ocasión a su rival. Kasim fue el más flojo de los tres y provocó más de una situación complicada.
Joao se incorporó de central, durante la segunda parte, y junto a Agus consiguieron cierta fortaleza defensiva. Company estuvo dinámico, expeditivo y muy disciplinado. En la medular hubo empate técnico. Yuste y Bustos trabajaron a destajo pero solo en contención.
En ataque prácticamente estuvieron desaparecidos. En la fase ofensiva del juego no se sembró ningún tipo de amenaza ofensiva. Solo una llegada de Xisco, en la primera parte, y un córner olímpico es demasiado poco bagaje para todo un partido de fútbol. 
Por su parte Pepe Bordalás fue a la batalla con total fidelidad a su concepto de juego. Alta intensidad en la presión sin conceder ni espacio ni tiempo a su rival. Llegar hasta el límite del reglamento es una opción respetable que, lógicamente, puede combatirse. Quitar el balón rápido, de la zona de acumulación, era una posibilidad a explotar.
Cuando el rival ejerce una buena presión sobre el balón suele dejar más espacio en otros lugares del campo. El pase largo, para salir de situaciones de agobio en zonas de riesgo, hubiera sido un buen plan estratégico. El Mallorca casi no lo hizo. Arriesgó cero y no acompañó con llegadas desde diferentes líneas. 
La Agrupación Deportiva Alcorcón explotó virtudes y tuvo opciones de victoria superiores a los mallorquines. Al final se conquistó este empate que rompe una dinámica mala de resultados. La crisis deportiva siempre empeora con derrotas y se armoniza con victorias. Este punto puede otorgar algo de tranquilidad a un vestuario que lo necesita. 

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