25 abril 2015

EL PARTIDO DE LA TRANQUILIDAD



La temporada del Mallorca está siendo mediocre, triste y tremendamente aburrida desde todos los ángulos de vista. A estas alturas de la competición solo evitar la debacle del descenso, al pozo de la Segunda B, es opción.  Y ese objetivo es demasiado poco para una institución como el Real Mallorca.
Pero adaptarse a la realidad es tan necesario como imprescindible. Los aires de grandeza solo pueden enturbiar y perjudicar en este final de campeonato. A partir de ahora el calendario es tan exigente como peligroso y amarrar puntos que eviten el estrés de los últimos partidos es imprescindible. Hacer cábalas sobre el posible puntaje es absurdo. En fútbol las victorias, como las derrotas, son imprevisibles.
Ganar el próximo envite debe ser siempre el objetivo rojo. El Mallorca tendrá que medir fuerzas como local contra Tenerife, Betis, Ponferradina y Girona. Tres equipos metidos en tareas de ascenso y otro buscando la salvación. Y para los partidos como visitante tocará rendir visita a Sporting, Numancia, Albacete y Mirandés. Todos altamente complicados. Y más teniendo en cuenta la cara que ha mostrado, en sus últimos partidos, el conjunto bermellón lejos de Son Moix.  
Vencer al Tenerife, con autoridad futbolística, otorgaría una tranquilidad totalmente necesaria para un Club que no puede permitirse ya más titubeos. El propio entrenador ha marcado el partido como fundamental. Es así. La trayectoria, de dos puntos conseguidos de dieciocho posibles, debe romperse y éste es el momento. Una derrota abriría una herida muy difícil de suturar. 
Para este partido capital es previsible ver un Mallorca mucho más protagonista con el balón. En el último partido se tocó el sistema de juego, la organización y la ocupación del campo. Con ello se consiguió una mayor solidez defensiva a cambio de hipotecar prácticamente todo el juego de ataque. Encontrar un fútbol mucho más equilibrado y jugar los dos partidos, el defensivo y el ofensivo, aumentará las posibilidades de éxito.     
En fútbol jugando mejor siempre aumentan las posibilidades de victoria. El Mallorca tiene que afrontar este partido de importancia capital con la mayor implicación posible. No hay excusa. Ganar al Tenerife es el precio de la tranquilidad. 

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