12 abril 2015

LA SITUACIÓN SIGUE EMPEORANDO



En fútbol las derrotas exageran el mal juego y minimizan cualquier sensación positiva. Mientras que las victorias producen el efecto contrario. Pero la continuidad en los buenos, o malos resultados, no miente sobre la eficacia de un equipo. Perder, volviendo a perder, es sinónimo de que algo no funciona. 

Y para que el buen juego se convierta en tendencia es necesario más que un partido aceptable. En éste, el Mallorca no fue superior y tampoco mereció los tres puntos que se pusieron en juego. Quizás el empate hubiera reflejado lo expuesto por ambos contendientes. 
Los dos equipos se presentaron al partido con un aval nefasto de puntaje y juego. Solo un punto de doce posibles desarrollando, además, un fútbol lleno de dudas. Por tanto, para ninguno de los dos, había coartada posible. Solo valía la victoria. 

Miquel Soler apostó sobre el 1-4-4-2. Devolvió el eje de su defensa sobre Pedro Bigas y Truyols y no consiguió ganar solidez en su última línea. El problema estuvo en la ubicación después de pérdida de balón. Los centrales se jugaron posiciones de uno contra uno y solo la fortuna, durante los primeros cuarenta y cinco minutos, y un soberbio Cabrero, mantuvieron el equipo dentro del partido. 

Para masticar el juego de elaboración en el centro del campo aparecieron Yuste con Joao. Ambos tuvieron una lectura táctica esquizofrénica. La defensa se vio demasiado expuesta y los errores  individuales, que fueron groseros, costaron el partido. 
Salvar del juego colectivo a tres futbolistas que mantuvieron al equipo. Marco Asensio estuvo muy dinámico. Xisco marcó los goles y Cabrero los evitó. 

El Racing tiene su talento en cuentagotas. Banda izquierda superior a la derecha pero con 
un zurdo que juega a pierna cambiada. David Concha es desparpajo y soltura en ataque. Iñaki llegada con solidaridad y Mamadou Sylla algo de amenaza entre centrales. Poco más. Solo con esto se permitieron el lujo de hacer zozobrar a los mallorquines. Vencieron y, en la primera parte, pudieron sentenciar. 

A partir de ahora para el Mallorca debe empezar todo de nuevo. Hay un problema de juego, además de estado de ánimo, y solucionarlo es pura necesidad competitiva. Los problemas han llegado y habrá que jugar con estrés competitivo hasta el final.

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