04 mayo 2015

APLASTADOS DESDE EL JUEGO



La Liga es una competición larga y, sobre todo, justa. Al final de cada temporada todos los equipos terminan luchando por aquello que merecen. Para este partido, ambos contendientes, se presentaron a El Molinón con objetivos y juego muy dispar. El talento ofensivo, a priori, podía  contabilizarse como similar pero en el trabajo defensivo la distancia ha sido, durante toda la temporada, sideral.
El resultado final no se ajustó al juego desplegado por ambas escuadras. Los asturianos se merecieron más goles y una victoria más amplia. Durante la primera parte la sensación fue de aplastamiento. La superioridad, durante demasiados minutos, llegó a ser insultante. 
Miquel Soler tuvo que buscar alternativa a las bajas de Pereira, Yuste y Xisco. Decidió apostar por Bustos y Joao en el centro del campo con Marco y Ros en el juego exterior. Fofo y Joselu debían cerrar contraataques. No funcionó. El Mallorca fue sometido por acoso y derribo. Simplemente no hubo opción de empate. Los futbolistas contrarios pusieron una intensidad mayor, reconocida por el propio entrenador en la rueda de prensa, en todos los duelos individuales. 

Los asturianos basan su porcentaje de éxito en su cuadrado mágico. Los dos centrales con un doble pivote generoso en la tareas de presión, tanto en despliegue como en repliegue, consiguen bastante eficacia defensiva. Pitu Abelardo desplazó a Luis Hernández al lateral derecho cerrando su eje con Bernardo y Jorge Mere. Y estuvieron tan herméticos como poco expuestos.  Lanzaron oleadas de ataques que superaron, desencajando tácticamente, a los mallorquines. 
Los saques de banda son la jugada de estrategia preferida del Sporting. Dos futbolistas que dominan el saque largo, con dos posibilidades más a la prolongación y tres remates escalonados debían ser una amenaza segura. No las necesitaron. Su juego fue suficiente para tumbar a un Mallorca demasiado plano, previsible y conservador. 
Los futbolistas del Pitu Abelardo dieron una lección de cátedra de fútbol. Fueron los protagonistas absolutos. Durante la primera parte fueron ataques bien trenzados y ejecutados. Ya en la segunda fueron contraataques desde una posición más retrasada. El Sporting sometió al Mallorca en todo momento siendo el único equipo que mereció la victoria. 

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