08 febrero 2016

FRENAZO Y ERROR EN LA INTERPRETACIÓN


El Mallorca tiene muchos jugadores para pocas posiciones y, a estas alturas de la competición, es más una ventaja que un inconveniente. Cuando la competencia es alta la exigencia se puede disparar. En la situación actual la elección del entrenador es sencilla y simple. Escoger a los mejores. Sin más. Hay herramientas suficientes y posibilidades tácticas diferentes. 
El Mallorca retrasó, sobre todo durante los primeros cuarenta y cinco minutos, en exceso la posición sobre el terreno de juego. Su repliegue tan intensivo fue una condena. De esta forma no pudo ejercer presión efectiva sobre la salida de balón y la posibilidad de contraataque rápido quedo prácticamente anulada. 

Fernando Vázquez eligió y puso en liza un once de garantía para tumbar a su rival pero tácticamente, durante demasiados minutos, fue superado por el rival. Sissoko y Yuste volvieron a poner músculo y fuerza en el centro del campo. Pero jugaron en inferioridad y sufrieron mucho corriendo detrás del balón. 
La velocidad de Lago Junior es un aval que no se debe deteriorar. En banda, si el repliegue es excesivo y se junta en exceso con el lateral, puede perder eficacia final. Jugó la mayor parte del tiempo en liza de ataque y anotó el primer gol del partido. Su participación debe ir a más. 

El Bilbao Athletic ha tocado, durante la temporada, muchos aspectos de su juego pero su núcleo de intención no se modificó jamás. Su firmeza y convicción es absoluta. Suele iniciar los partidos con mucha intensidad posicional arriesgando en exceso sobre su salida de balón. La presión alta se le atraganta de forma categórica pero siempre lo sigue intentando de forma encomiable. Y hizo exactamente lo esperado. Jugó y, en ocasiones, desesperó a los mallorquines. 
En la segunda parte el Mallorca puso pólvora sobre el terreno de juego. Sobre todo Ortuño mostró mucho más que Acuña. El número nueve tiene mucha más amenaza y tiene que convertirse en el líder del ataque rojo. Salomao enseñó su velocidad por banda y Óscar Díaz ayudó a trenzar y llegar. Al final el equipo cayó derrotado injustamente y es justo reconocer que el empate, como resultado, hubiera explicado lo hecho por ambos equipos. 

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