Londres fue testigo de como el Arsenal destrozó al Oporto en su partido de octavos de final. El controvertido Bendtner estuvo certero cara a gol y en esta ocasión aprovechó las ocasiones que tuvo. Los de Jesualdo Ferreira acabaron hincando la rodilla y el tapón formado por Meireles, Rubén Micael y Nuno Coelho se vio totalmente superado ante la avalancha de juego de los gunners.
Pero en esta ronda de octavos el partido realmente vibrante estuvo en Italia. Con la Fiorentina adelantándose con dos goles de diferencia y Mario Gómez lesionado parecía que el Bayern acabaría sucumbiendo. No fue así. Un Robben estratosférico, imperial y delicioso ayudó a los bávaros a franquear la puerta de los cuartos. Me sigue pareciendo un equipo con un juego exterior realmente desequilibrante.
Ojito con este equipo alemán que ya se ha visto contra las cuerdas en dos ocasiones y ante equipos italianos y ha conseguido salir airoso.
Arsenal y Bayern de Munich siguen con vida en la copa de los inmortales.
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