28 marzo 2010

UN PARTIDO DE DESGASTE


Cuando toca jugar contra el Barcelona hay que tener asumido que el principio táctico de la posesión del balón ya está perdido. Con esta premisa adjudicada no queda más remedio que intentar hacer daño en las transiciones y en aquellos instantes en los que verdaderamente sea posible.
Para ello Gregorio Manzano optó por un planteamiento global mixto. Por un lado escogió un sistema desafiante, el 1-4-4-2, pero se decantó por una ocupación del campo algo más prudente. Buscó más presencia física en la medular pero sin renunciar a la posibilidad de contar con dos delanteros.
El Mallorca protegió su portería intentando replegar de manera ordenada e inteligente para, acto seguido, intentar sorprender con certeros contraataques. Realmente ante un rival de tal magnitud las posibilidades tácticas reales no son muy elevadas y los bermellones lucieron una actitud digna de resaltar.
La sensación final fue la de un partido en la que el Mallorca no pudo arrinconar y asustar a su rival ya que careció de la eficacia necesaria. Los palos y la soberbia actuación de Valdés ayudaron a que el Barcelona no tuviera que pasar por excesivos compromisos emocionales.

No hay comentarios: