28 noviembre 2010

LA MOTIVACIÓN DEBERÁ SER MÁXIMA


Cuando hay que jugar contra un rival que está en posiciones de descenso existe el peligro de perder algo de motivación interna. El Mallorca hará bien en respetar a un rival que cuenta con los mimbres suficientes como para encontrar el gol en cualquier acción del juego. En esta ocasión, como en tantas otras, la estadística de los últimos encuentros no refleja la capacidad anotadora de este conjunto. Los malagueños, que sólo han conseguido dos goles en los últimos cinco partidos, cuentan con una artillería lo suficientemente peligrosa como para resurgir de sus cenizas.
El Málaga inició su proyecto con un técnico de prestigio, Jersualdo Ferreira, y con unos objetivos bastante ambiciosos. Pero diez partidos, en los que sólo se consiguieron dos victorias, fueron suficientes para cambiar de entrenador y fichar a un nuevo director deportivo.
Manuel Pellegrini ha aterrizado en tierras andaluzas con la intención de buscar y encontrar el tipo de fútbol que desarrolló en el Villareal. El técnico chileno ha arrinconado el 1-4-3-3 para pasarse al 1-4-4-2 barajando la variante de una media punta que trabaje entre líneas. Buscar la superioridad numérica por dentro con la subida generosa de los laterales, ya sea con Jesús Gámez o Manu Torrés, puede ser una variable que los rojillos tendrán que vigilar. Por delante de la pareja de centrales probablemente jugará Juanito, inteligente y conocedor de sus limitaciones, siempre está dispuesto para ofrecer su ayuda defensiva sobre cualquier zona del campo. A su lado José Recio, centrocampista creativo que hasta ahora jugaba en la tercera división, podría ayudar a hilvanar el juego ofensivo de su equipo.
En banda Pellegrini está apostando por jugadores desequilibrantes que puedan tirar diagonales hacia dentro para buscar el tiro o el fútbol de asociación con los medios. La punta de velocidad del zurdo Eliseu y la frescura o el descaro del pequeño pero virtuoso Portillo podrían emerger en estas posiciones.
En zonas más avanzadas y con la obligación de asumir el protagonismo del gol debería aparecer Rondón. Este venezolano que ha arrastrado diversos problemas físicos parece estar ya totalmente recuperado. Su fuerza siempre puede generar desasosiego entre los centrales ya que mejora cuando siente próximo el marcaje del contrario. Otra alternativa posible será la presencia de Quincy. Este ghanés, que nunca ha tenido mucha coquetería con el gol, cuenta con su rapidez como principal aliado para explotar los espacios libres que deja el adversario. A todo ello hay que sumar a un Nabil Baha que podría aprovecharse del trabajo que realicen sus compañeros para lucirse en ataque.
El Mallorca deberá solventar el colapso que se producirá en el centro del campo y jugar un partido con la máxima intensidad posible. El rival es más de lo que las estadísticas nos pueden dejar ver y cualquier mínimo descuido podría costar algún punto.

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