23 febrero 2014

VUELVE EL COLOR DE HORMIGA


El Mallorca sigue deambulando por la Segunda División sin ningún tipo de jerarquía futbolística. No es favorito a nada y sigue ofreciendo más dudas que seguridades. Analizar el fútbol que han ofrecido los mallorquines hasta ahora, sin tener en cuenta los desastres institucionales, es tan necesario como saludable. Los rojos no se han adaptado. Tampoco han encontrado el camino del rendimiento eficaz. Y durante prácticamente todo el partido se volvió a ofrecer un fútbol escaso y poco autoritario. Ni ataques trenzados ni progresiones directas sino más bien todo lo contrario. Sólo alguna segunda jugada y un error de Prieto, en una intervención, fueron la escasa munición roja. El Mirandés hizo algo más para llevarse los tres puntos aunque el empate final puede considerarse justo.
José Luis Oltra tuvo que tocar, por obligación, su línea de retaguardia. La primera decisión fue colocar a Aouate bajo palos. Kevin apareció en el perfil izquierdo, Agus con Cadamuro en el eje y Ximo sobre el lateral derecho. La línea defensiva tuvo algún problema sobre el eje que, curiosamente, rectificó Agus. Dos pivotes por delante, Iriney y Generelo, para intentar ganar una medular que no se ganó. Alfaro buscó su espacio entre líneas y mantuvo una dinámica aceptable mientras que Marco Asensio, mientras jugó, destiló las únicas gotas de talento individual. 

Por su parte Carlos Terrazas calcó a su equipo tal y como se esperaba. Defensas, con mucha experiencia, muy arropados por las dimensiones del terreno de juego. Iván Agustín ejerciendo labores de equilibrio, contención y salida. Sus movimientos en triángulo, protegiendo a centrales y medias puntas, supusieron un bastión casi imposible de franquear. Pablo Infante lanzó estrategia y Mújika con Muneta e Iriome lanzaron llegadas. 
Al final, lo terrible del partido no sólo fue el resultado sino la sensación que se volvió a ofrecer. Siguiendo por este camino peligra la zona Play Off. Y aunque el discurso de Oltra, de puertas hacia fuera, parece más que agotado conviene no olvidar la responsabilidad de los futbolistas.  Éstos, están rindiendo por debajo de sus posibilidades reales de rendimiento y deben empezar a rectificar.

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