07 abril 2013

EL BARCELONA SACÓ EL RODILLO




La diferencia existente, entre amos contendientes, se plasmó de manera cruel sobre el terreno de juego. Conservación del balón y localización fueron condena para los rojos. Intentar ganar la posesión al Barcelona es misión imposible pero minimizar, con algo más de eficacia, sus efectos es factible. El Mallorca se diluyó como un azucarillo. Jugó un mal partido y no opuso la resistencia que debe encontrar cualquier contrario cuando juega al fútbol.
Gregorio Manzano lo intentó tocando su organización pero terminó pareciendo un rival de inferior categoría. Se volvió a pasar al 1-4-4-2 metiendo a Pina con Tissone en la zona de medios. Alfaro y N'Sue jugaron en banda para que Hemed fijara centrales y Giovani pudiera encontrar un poco de espacio a la espalda de Song. Pero el Barça decidió sacar el rodillo y aplastar a su rival sin piedad.
Llegó el descanso y el Mallorca apostó a tres por dentro. Los catalanes contestaron de forma rápida y expeditiva. Gol en el primer minuto del segundo tiempo y a jugar una pachanga hasta el final del partido.
Analizar las variantes tácticas puede resultar casi cómico. Al Mallorca le faltó presión, agresividad e intención. Perder, contra el Barcelona,  es una posibilidad pero capitular con el primer gol resultó francamente doloroso.
Es partido para no olvidarlo. Recordar los errores debe ayudar a encarar los dos próximos compromisos ligueros. Son seis puntos que deben ganarse para tener opción a soñar. Jugar, contra Celta y Rayo, con el rigor necesario ya es cuestión de supervivencia competitiva. Las carencias individuales deben corregirse con solidaridad colectiva y la agresividad debe recuperarse de forma inmediata.

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