16 abril 2013

EN FÚTBOL TODO ES POSIBLE


El Mallorca consiguió una victoria que le permite ver el horizonte. Era ganar para respirar y se consiguió. El partido fue discreto, trabado y hasta malo. El Celta jugó mejor sus cartas y consiguió ser superior durante muchos minutos pero perdonó y lo pagó. Gregorio Manzano apostó a un 1-4-3-3 que resultó más desordenado que equilibrado.  Dispuso a Pina, Márquez y Martí en la medular y, entre los tres, no consiguieron hacerse con el centro del campo. Sus evoluciones no ahogaron a los medios centros contrarios y se diluyeron en ataque. Además Hemed y Giovani se pisaron los desmarques ocupando casi los mismos espacios.
Abel Resino metió un equipo más equilibrado. Protegió a Oubiña con Natxo Insa y Álex López e intentó reforzar su línea de presión. El Celta volvió a coquetear con su línea de retaguardia alta pero sin llegar al suicidio. Intentó achicar espacios y consiguió mejorar su juego del centro del campo. Durante demasiados minutos metió el cuchillo y consiguió sangrar a su adversario.
En fútbol todo queda sujeto a variación hasta que la clasificación, de manera matemática, dicta su sentencia. El Deportivo consiguió sumar doce puntos consecutivos, contra todo pronóstico lógico, y demostrar que el cambio de tendencia sí es posible. El vencedor no necesita justificar la victoria y sólo los perdedores buscan excusas de falta de tiempo, malos arbitrajes, lesiones o otras banalidades realmente cómicas. Los futbolistas del Mallorca no pueden eludir su responsabilidad. Ellos, junto con con todas las personas que tienen responsabilidad, han colocado al equipo en esta situación. ¿Podrán conservar la Primera División?

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