En la segunda parte todo cambió. El fútbol es dinámico y la toma de
decisiones muy importante. Míchel quitó a Campaña, retrasó a Rakitic y juntó a
Manu del Moral con Negredo. Así puso en jaque a Fontàs y Pina. El doble pivote
mallorquín ya no pudo ayudar en banda y el talento de Navas se incrementó. La
igualdad numérica fue totalmente insuficiente para neutralizar todo el raudal
de juego. Aun así los mallorquines pudieron tener su oportunidad si hubieran
interpretado mejor sus contraataques. El repliegue dañaba a Rakitic y Maduro
pero el Mallorca no tuvo ni la celeridad ni la eficacia que suele mostrar.
Anecdótica fue la consecución del gol. Después de este cambio táctico el
juego, el control y el partido fueron andaluces. A partir del tres a dos ambos
entrenadores modificaron su propuesta girando su juego. El Sevilla intentó
conservar mientras el Mallorca arriesgó. Pero el intento de reacción llegó
tarde y mal.
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