El Getafe es un equipo tan peligroso como vulnerable y, sí, está lleno de contrastes. Tiene tanto desequilibrio atacando como defendiendo. En el centro del campo es capaz de ser consistente para dejar de serlo un minuto después. En los flancos manifiesta fortalezas pero también debilidades. Es tácticamente inestable y esto le convierte en un adversario tan imprevisible como peligroso. Ante estas variables intentar adivinar por dónde terminará cayendo este partido es casi una quimera.
El Mallorca es orden, control y pragmatismo. El Getafe no. El equipo de Luis García Plaza atraviesa por demasiados minutos de anarquía y esto le convierte en vulnerable. Su entrenador lo sabe y por ello ya ha lanzado su mensaje de corrección. El técnico madrileño ha hecho hincapié en sala de prensa, y muy probablemente dentro del vestuario, en ser más agresivo y contundente. Defender más y mejor para así ofrecer menos posibilidades al método de Caparrós.
Al respecto pueden pasar dos cosas. La primera es que se consiga eficacia pero, por el contrario, se puede exceder en sus pretensiones de cólera defensiva. Y la respuesta sólo la tendremos durante el transcurso del partido.
En cualquier caso también se hace necesario reconocer los avales del conjunto madrileño. La línea de tres medias medias puntas ...
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