12 noviembre 2012

APLASTADOS POR UN DIOS


Sin opción. El Mallorca planteó un partido, sobre todo durante la primera parte, sin posibilidad de contraataque y esto, ante el Barcelona, es capitular antes de jugar. Sólo un pequeño atisbo de esperanza se abrió gracias al trabajo de Víctor. Dos jugadas suyas, de gran delantero, consiguieron que el Mallorca anotara dos goles y sembrara algo de desconcierto. Pero lo cierto es que el Barcelona manejó casi todos los minutos del partido con una autoridad casi aplastante. 
Durante la primera parte el problema no fue ni el repliegue demasiado intensivo ni la falta de posesión. Los futbolistas rojos se olvidaron de jugar cada vez que recuperaban el balón. Simplemente no sabían que tenían que hacer con él y terminaron por quitárselo de encima. Así el contrario se creció todavía más y firmó unos primeros cuarenta y cinco minutos dictatoriales.
Caparrós eligió bandas dinámicas y e intentó colapsar la medular pero de manera errónea y fallida. Pina y Martí jugaron por dentro con la escolta de los centrales brasileños. Por fuera se jugó con doble lateral en cada ala. Esto condenó la posible salida de N’Sue y Pereira que se encontraron encajonados a más de 70 metros de la portería adversaria.
En cualquier caso es obligatorio reconocer la superioridad catalana. El Mallorca defendió, durante demasiados minutos, por acumulación y sin ninguna posibilidad de contraataque. Se han sumados seis derrotas consecutivas y toca ir de visita a Vallecas y a tierras gallegas. Dos partidos en los que es obligatorio sumar y romper una dinámica de derrotas peligrosa pero totalmente superable.


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