11 noviembre 2012

JUGAR CONTRA EL MEJOR




Teniendo muy presente el alto poder destructivo del rival, su filosofía de juego y el condicionante de contar con el mejor jugador del planeta fútbol la pregunta es obvia. ¿Realmente es posible ganar al Barça? Quizás en otro deporte la réplica sería más compleja pero en fútbol, paradójicamente, la respuesta es más sencilla. Rotundamente sí.
Hay un camino que puede llevar a la victoria. Pero éste deberá ejecutarse con maestría, dedicación y un esfuerzo abnegado.
Contra el Barcelona el balón no se disputa ya que simplemente es suyo. Y esta circunstancia debe asumirse con naturalidad antes de saltar al terreno de juego. Incluso conviene extraer el lado positivo. La conservación el balón, como arma y posibilidad ofensiva, será un trabajo menos en el que pensar.
A partir de aquí hay que intentar escoger la zona de presión teniendo en cuenta que hay un espacio sagrado a proteger. Son los pasillos interiores. Éstos deben cerrarse a cualquier precio. El Barcelona simplemente te mata por dentro y no sólo estando sino también llegando. Acumulación de futbolistas por el interior dispuestos a regalar el pase exterior serán necesidad. Cuando el Barça maneja posesión y localización, para un equipo como el Mallorca, sólo hay un camino posible; el repliegue. Conseguir pocos espacios entre portero, centrales y pivotes, sin tirar de la cobertura del fuera de juego, sólo se consigue con un buen repliegue intensivo. 
Pero Mallorca también corre un grave peligro que puede zanjar el partido por la vía rápida. Cuando un equipo manifiesta una intensidad baja, reconocida por todos como ante el Real Madrid,  existe un claro peligro. Y es pasarse de rosca. Si con once futbolistas será tremendamente complicado asaltar al líder con alguno menos es tocar la utopía.

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