18 noviembre 2012

LA TRANQUILIDAD EN JUEGO


Recuperar sensaciones, mejorar en aspectos defensivos y sellar la portería de Aouate son objetivos a fijar y conseguir. 

Es más que probable que Paco Herrera recupere su 1-4-2-3-1 con el que tan cómodos se encuentran algunos de sus futbolistas. El contraataque, junto con la velocidad en su línea de vanguardia, es su mayor virtud. Mucho más importante serán las transiciones que la posesión. El equipo que consiga ser rápido y eficaz en despliegues y repliegues tendrá la victoria casi en el bolsillo.

Los gallegos cuentan con la ruptura de Iago Aspas. Suele picar al espacio y tiene un peligro que tendrá que ser minimizado. El recurso del fuera de jugo o repliegue con cobertura profunda serán necesidad. Él será la auténtica amenaza en línea de ataque; pero no la única. Por banda derecha jugará uno de los descubrimientos en este inicio de campeonato. Es Augusto Fernández. Su participación dentro del entramado ofensivo gallego es casi vital. Él desahoga la salida, otorga profundidad y, además, brilla en los pases de calidad hacia el punto de penalti. En ocasiones se acerca a pivotes, colaborando en la construcción, pero su mayor rédito lo obtiene cerca de la línea de banda. La lucha de Bermejo y el trabajo del danés Krohn-Dehli sumarán en la mejor línea de este equipo que no debe tener problemas para alcanzar su objetivo a final de temporada.

No hay que olvidar que los rojos llegan a esta batalla, después de seis derrotas consecutivas, encajando un número de goles casi insoportable. En este tipo de situaciones es importante hacer “reset” y volver al origen. El cuadrado formado entre centrales y pivotes debe volver a tener aquella jerarquía defensiva que evitaba goles y daba puntos. En un equipo como el Mallorca ni puede ni debe haber concesiones en según que aspectos del juego. Contraatacar bien y defender mejor son fundamentos que deben grabarse a fuego.

 


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